La máquina de corriente continua es una de las más versátiles en la industria.
Su fácil control de posición, par y velocidad la han convertido en una de las mejores
selecciones en aplicaciones de control y automatización de procesos.
Con el avance de la electrónica han caído en desuso, ya que los motores de
corriente alterna del tipo asíncrono pueden ser controlados de igual forma a
precios más asequibles para el consumidor de la industria. A pesar de esto, actualmente
las máquinas de corriente continua siguen empleándose en aplicaciones
de laminadoras, trenes o tranvías.
Los motores y los generadores de corriente continua están constituidos esencialmente
por los mismos componentes, diferenciándose en la forma de utilización; por
eso en esta unidad los trataremos por igual.
Si se hace girar al rotor de la máquina, se produce en el bobinado inducido una
fuerza electromotriz capaz de transformarse en energía en el circuito de carga.
En este caso la máquina funciona como generador, transformando la energía
mecánica en eléctrica.
En cambio, si se aplica una tensión continua al devanado inducido de la máquina
a través del colector de delgas, el comportamiento de esta ahora es como
motor, transformando la energía eléctrica en mecánica.
En ambos casos el inducido está sometido a la acción del campo inductor principal.
La importancia de este tipo de motores radica en su suavidad
de movimientos y su precisión; en la actualidad esto
se consigue también para motores de corriente alterna incorporando
un variador de frecuencia que aproxima bastante
el funcionamiento de estos al de los motores de corriente
continua.
PARTES FUNDAMENTALES DE UNA MÁQUINA DE CORRIENTE
CONTINUA
Hay que distinguir dos tipos de bobinados en las máquinas de corriente continua;
- bobinado inductor .
El bobinado inductor se instala siempre en el estátor de la máquina, es decir, la
parte fija. Este bobinado es el encargado de generar el campo magnético principal
que circulará por la máquina.
- bobinado inducido: El bobinado inducido se instala en el rotor de la máquina, es decir, en la parte
móvil. En él se induce el flujo magnético provocado por el corte de las líneas de
campo magnético al entrar en movimiento la máquina
. ENTREHIERRO:
El entrehierro es la parte de la máquina que separa el estátor del rotor, es decir,
es el trozo de aire existente entre la parte fija de la máquina y la parte móvil.
Este espacio es imprescindible para el funcionamiento de la máquina y para no
provocar problemas mecánicos por roces entre rotor y estátor. Sin embargo,
este espacio es un inconveniente para los campos magnéticos, puesto que se
debilitan fuertemente cuando pasan de un medio como puede ser el circuito
magnético de las chapas del estátor, a otro medio como es el aire.
Por ello el entrehierro de una máquina debe reducirse al mínimo posible para
evitar pérdidas en el circuito magnético.
ESCOBILLAS:
Las escobillas deben poner en cortocircuito todas las bobinas situadas en la
zona neutra. Si la máquina tiene dos polos, tenemos también dos zonas neutras.
En consecuencia, el número total de escobillas ha de ser igual al número de
polos de la máquina.
En cuanto a su posición, será coincidente con las líneas neutras de los polos.
Las escobillas estarán sujetas mecánicamente con un soporte que, en su interior,
alojará un muelle de forma que ejerza permanentemente una fuerza sobre la escobilla
y el colector de delgas. De esta manera se asegura el contacto de forma
permanente, incluso cuando el desgaste de las escobillas sea progresivo.
ROTOR:
Es la parte móvil de la máquina y en él se alojan las bobinas correspondientes al
inducido.
Suelen construirse de chapas magnéticas para evitar en la medida de lo posible
las pérdidas de potencia por corrientes de Foucault.
No hay comentarios:
Publicar un comentario